Que rareza soñarte
y no recordar si fue un gran Déjà vu
o simplemente una ilusión
de que algo tan maravilloso
estuviese ocurriendo entre nosotros.
Sólo vos y yo
podemos hacer cosas
tan transcendentales en la realidad
y a la misma vez
soñarlas y volverlas reales.
En mi inconsciente
tus besos volvían a erizarme los bellos del brazo
como si fuera la primera vez
y las mariposas carcomían todo mi apetito.
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