Recibe afortunadamente cuatro meses de vacaciones. Descansa dos de ellos, y treinta y siete días viaja por la tierra. Sin mascotas, sin computadora, sin amigas, sin destino ni pretenciones. Libertad absoluta. Una viajera sin hogar propio, sólo una familia a la cual responder y personas que sonreír. Y ahora un tiempo más tarde, llega a la aventura final y más grande. La batalla culminante para matar al falso ser interno y concluir victoriosa la revolución espiritual. Sin estar ya más envenenada por la civilización que la rodeo durante dieciocho primaveras huye hacia la gran ciudad para perderse entre calles y autopistas.
Cherry Bomb, Marzo de 2010
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