Es impresindible que para desarrollarnos llevemos en nosotros mismos nuestra oposición. Para producir cambios debe existir la negación de la afirmación que somos. Nada es estático, todo cambia y lo dado no es el todo sino una fracción de la realidad ya que ese todo está acompañado de lo que luego va a significar su destrucción.
Ésta es la realidad misma, no existe nada que sea eterno y no sea remplazado por su lado negarivo, su contradicción.
Estamos condenados históricamente a desaparecer, a ser sustituidos, a progresar, porque que la afirmación (nosotros) esté de la mano de la negación (nuestra oposición) va a ser la fuerza motriz de la historia y lo que hizo que hoy nos riamos del que creía que no podía progresar hace cuatro siglos atrás y dentro de otros, quién sabe cuántos, se van a reír de nosotros por pensar que lo que vemos es real.
No dejemos llevarnos por lo que vemos porque hay mucho más de lo que somos atrás de cada uno de nosotros, atrás de casa cosa, idea, y lo que consideramos como antitético con nosotros es lo que nos va a permitir adaptarnos a lo que se viene, a lo mejor quizás (o no), va a depender de nuestra adaptación y siempre considerar lo diferente, lo disímil de lo que vivimos.
Por eso estamos condenados nosotros dos a desaparecer, no te preocupes a pensar que vamos a ser un amor eterno, dentro de nuestra misma relación llevamos nuestra destrucción. Las separaciones, nuestra separación, es un indicio de que somos homogéneos, iguales y no es lo que nos lleva a progresa como pareja, no. Al contrario, nos destruye. Van a ser nuestras diferencias las que nos van a unir porque vos sos mi parte negativa y yo la tuya, somos dos afirmativos que vamos a lograr una instancia superadora donde vamos a unirnos, complementarnos. Pero eso no va a querer decir que seamos indestructibles porque la realidad nos va a demostrar las suficientes oposiciones para separarnos. Por eso hoy nos separamos.
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