viernes, octubre 29

Con la bandera a media asta.

La única manera de hacer desaparecer los fantasmas es aferrarse a lo vivo. Porque lo vivo es lo único que puede cambiar y ése es el problema de los muertos, que no pueden cambiar.

miércoles, octubre 27

Cigarrillo

Camina tomando el rol de acompañante. No sabe el destino por eso lo toma del brazo para sentirse más segura, seguirlo y evitar todo contacto visual de hombres obsequiosos con las mujeres. Alrededor de quince cuadras más tarde pone sus manos en los bolsillos de la campera imitación cuero que tenía hace un par de meses, porque él decide fumar. Nunca va a saber si lo hizo para soltarle la mano o porque realmente tenía ansiedad de tabaco. Como si por su cabeza no estarían combatiendo esas ideas para quedarse una, siguen caminando. Llegan, llegan a ese lugar que alguna vez había pisado de noche con luces oscuras pero hoy tenía oportunidad de verlo encendido, conocer cada uno de sus rincones y haciéndose la puntillosa examinó cada uno de sus detalles. 
No se escuchaba, si quiera presentía ringtones pero, por alguna razón, él no se desprendía de ese aparato que lo tele transportaba a sus más ínfimos aires de furia porque, se ve, que no le decían cosas de su agrado. Para evitar un disgusto con ella también, se sentó en la silla más cercana a esperar que pasara esa ráfaga de aires de exaltación. Un tiempo después, no fue capaz de controlar el tiempo, ella se paró para irse. Tenía que irse, había llegado su momento. Una vez más no se iba a animar a preguntarle nada de lo que venía practicando hacía semanas en la ducha. Con el tamaño de una nuez de Adán algo le interfería en la garganta y no podía decirlo. Con ese miedo que le provocaba que por acto fallido diga cualquier cosa no practicada en el baño, sólo atinó a agarrar sus cosas de la barra y pedirle cigarrillos. Sin aires excepto por los de bondad él accedió alegremente a brindarle más de los que necesita una persona que va a viajar en colectivo de ahí a su casa. Alrededor de cuatro creyó convenientes pero ella sólo acepto dos (uno para cada parada). Prendió el primero ahí adentro porque no era casualidad que siempre olvidase su encendedor en la casa de él. Tomaron el camino hacia la puerta y se prepararon para la despedida. Las últimas palabras van a dar cierre al encuentro y una buena conclusión puede reparar todo lo malo del texto como todo lo que ocurrió. Pero ése no iba a ser un buen cierre, iba a ser de los habituales sin sorpresas ni palabras de más. Beso y caminata a tomar el colectivo más cercano.
Solamente se escuchaban sus tacos sobre las baldosas rotas y cómo se quemaba el papel del cigarrillo. Toma el colectivo instantáneamente, obvia toda gentileza y roba asiento a una señora mayor, se agrega sus auriculares en los oídos y veinte minutos más tarde (ya podía contar el tiempo) llega. Se sentía abatida por el fracaso que había sumado a su persona. Ese que ya era repetido pero que volvía a cometer: no poder hablar en los momentos justos. Así que decide tomar otro transporte que la acerque algo más a su casa. En la dulce espera pide a un hombre fuego para terminar con sus cigarrillos y fumar el último de la noche. Se le vuelve bastante difícil terminarlo porque las ráfagas de aire le penetraban la cintura y la hacían temblar. En las últimas pitadas lo único que anhelaba era poner nuevamente sus manos en los bolsillos. La más larga de las inhalaciones concluyeron en un cigarrillo que arrojó ingenuamente al cordón de la vereda para que éste rebotase y cayera en un hilo de agua con correntada. Así como tocó el agua se apagó y comenzó a seguir el agua, la siguió sin saber el destino y se aferró a ella. Y ella quiso más que nunca ser esa colilla para seguir un camino sin destino y aferrarse a alguien que no le preguntara si pasaba algo.






Sofía dice: Sabrán que no soy devota de la narración pero esta historia me dejó bastante conmocionada y tuve que transcribirla. 

lunes, octubre 25

I'm not sure what this could mean, I don't think you're what you seem, I do admit to myself.

El corazón me bombea como la trompeta de Erlend Øye. A falta de un John Lennon que nos bese apasionadamente admito una caricia de un amigo con beneficios. 'Para otro momento' clickeo porque me cuesta diferenciar conocidos de tanta droga en la sangre. Me convenzo de mis compromisos y me vuelvo fiel a mis principios. Miento porque no necesito consejos. Pinto mis lastimaduras y cicatrices. Me baño para auto complacerme. Evito pensar, entonces cuando se cruza algo por la mente lo derrocho instantáneamente en un papel. Pido frases célebres en un salón ingenuamente, ignorando toda ebriedad de los seres y creyendo que pueden producir algo coherente. Me aferro a las mujeres por aceptar la diferencia innegable de sexos y, por ende, su falso entendimiento (otro mito que tengo que borrar de la cosa gris que está en la cabeza). La ciudad me curte y crezco insanamente pero me creo como me gusta y no como tiene que ser. Me deprime y no me ata a la realidad que conocí. No sé porque se habla tan mal de la soledad. Es un magnífico estado de la mente. La gente no sabe aprovechar los momentos de uno para después compartir las maravillas que creamos solos. Tampoco emplea útilmente sus errores ni fracasos. El tiempo juzgará lo que estoy diciendo. Me ocurren cosas que admiran a mi persona, me llenan. Esto no es un texto ni una opinión personal. Son ideas que se limitan por un punto seguido y que lo único que tienen en común son un fin de semana que terminó con 5 (cinco) horas de siesta en un día sin estudio.


 Mitómana, y no solamente por creer descaradamente en mitos. Por escupir falsedades, trastornar la realidad, crear hechos. Volverlos trágicos o hacerlos insignificantes. Tener una tendencia morbosa a desfigurar, engrandeciéndola, la realidad de lo que se dice y una tendencia a mitificar o a admirar exageradamente a personas o cosas. De eso hablo. Ésto sí es un texto y sí habla lo que soy: mitómana. Aténganse a las consecuencias y traten de entender y sacar jugo de lo que digo. Pero nunca me crean, desconfíen de mi verdad. No voy a volver a repetirlo porque es un confesión en un estado de soledad en mi mente. 






Pd/ Insaciables ganas de escribir y decir todo lo que estoy pensando. Algún día desplayare más todas esas ideas para que se entiendan mejor (mientras están los enlaces).
Sospechoso vos también tenes esa necesidad de 'reflexibilidad' constante, lo siento claramente en tus escritos. Sólo que yo escribo sobre cosas que pasan cotidianamente y vos sobre lo que más te gusta, el cine. Que por qué no, si la vida también transcurre adentro de cintas cinematográficas. Yo no tengo ese poder de crítica que te caracteriza y eso es lo que nos vuelve diferentes y nos hace admirarnos mutuamente. Gracias a vos por hacernos (hacerme) tan bien.

¿Son peligrosas las mujeres que leen?

"Si la lectora fuera médica, leería durante las guardias, si fuera profesora, en los recreos; si vendedora, cuando no hubiese clientes, si fuera azafata, en los despegues y aterrizajes; si veterinaria, cuando los animales duermen. Si la lectora fuera jardinera, leería en los días de lluvia; si fuera diseñadora de modas, leería para inspirarse; si fuera fotógrafa, haría las fotos para La Lectora en la ciudad; si fuera andinista, leería en las cumbres; si fuera música, leería partituras; si fuera artista plástica, leería los rostros. Si la lectora fuera contadora, sabría leer números; si fuera chef, leería mientras la comida está en el horno y si fuera presidenta... ahí no sabe cuándo leería pero sí dónde y entonces, sólo por probar, la lectora se asoma al balcón."



¿Y las que escriben? ¿Resultan aún más peligrosas?



jueves, octubre 21

Tengo dolor.

Somatizando los que nos pasa en dolores de cabeza, de panza, de orejas, de ombligos, de esófagos, de corazones. Dicho de un problema psíquico: que ha sido convertido en una dolencia física, transformar problemas psíquicos en síntomas orgánicos de manera involuntaria. Sentimos un dolor somático cuya naturaleza es eminentemente corpórea o material, para diferenciarlo del síntoma psíquico.
Nos duelen lugares que no sabíamos de su existencia. Nos sangran, vomitan, se abren y se cosen, pero todos suenan mal. Nos hacen acordarnos lo infelices que somos. La cobardía que nos rodea.
Nos convierten en hipocondríacos, quejosos. Dependientes de las drogas de venta libre. Drogadictos. 
Deseamos que se esfumen, que nos dejen (como nos dejaron). Inevitablemente nos preguntamos por qué los merecemos. Y cuando se van por qué se han ido si todavía lloramos.
Y cuando no se sienten, inventamos los dolores. Nos agujereamos, nos tatuamos, nos pegamos, nos lastimamos o nos dejamos estar para que vuelvan. Porque si no somatizamos, no sentimos.

Con perforaciones nuevas. 


martes, octubre 19

lunes, octubre 18

Débil

 Dígase de aquella persona con poco vigor o de poca fuerza o resistencia. Resistencia si las hay para no enfrentrar lo que queremos, ésos también son débiles. Pero hagamos a un lado la última palabra empleada y aboquemos a lo débil en sí. 
Está el débil que se embriaga con dos Dr. Lemmon, el que no se anima a escribir convenciéndose de que lo hace mal, el que se conforma, el que extraña demasiado, el que quiere poco y el que no sale a la calle. El que duerme mucho. Aquellos que no son la cabeza del trencito del baile. Los que no excitan a agarrarte la mano. El mensaje de texto es débil. Los tweets y los escritos en muro hablan de nuestra debilidad como personas. Borrar las fotos que nos nos benefician o no tener fotos. Pensar y pensar más, y dejar guardaditos los pensamientos en la retina. No decir lo que sentimos. Conformarnos.  Hablar mucho pero también poco. Compramos ropa en demasía. Estar atados al mundo, a esta realidad no nos hace valientes. No poder diferenciar lo que nos gusta de lo que no. Ser enfermos, locos, adictos, ambiciosos o ansiosos. Nos volvemos endebles con escasos recursos de acción y delicados. Pensamos mucho y hacemos poco. Comemos sin tener hambre, nos mordemos las uñas sin tener nervios. Fumamos y nos hace mal. Nos drogamos porque 'no es droga'. Hablamos solos y no decimos nada. Sentimos solamente si el otro siente. Mediamos, no tomamos el mando. Nos flagelamos aunque no sintamos dolor. Sabemos de verdades que no podemos vomitar. Sabemos tanto que nos creemos inteligentes. Nos echamos la culpa de una relación que no funcionó. Decimos mucho la palabra "ojalá". Nos mentimos para vivir. Porque a los débiles no les gusta la vida. Les gusta el extremo. Les gusta sentir, creer, saber y poder hacer pero, por sobre todo, necesita la aprobación constante. 
Algunos se denominan cobardes, indefensos, pasivos, deprimidos, indolentes o inertes. Para mi son los más valientes de todos, los que mejor saben defenderse, los atentos a todos, los que buscan la mejor manera de vivir, los que sienten y van hasta el fin, si de eso se requiere. 
Nadie escribe bien, nadie baila mejor o conoce los límites de su cuerpo. Todos somos inseguros de nosotros mismos o de los demás. Si no, mira vos, todos haríamos todo. Pero no, nos reservamos a hacer solamente aquellas cosas que los otros nos aprueban con un sí. Porque somos débiles, nada más. Por el simple hecho de ser argumentables.


domingo, octubre 17

Something

"Aprecio más que nada mi vida interior, mi exquisito mundo privado, aquel que, aunque quisiera, no podría explicar. Es tan fructífero, es de tantos colores y tiene tantísimo matices que no se podría entender la dimensión ni la importancia que yace en él. Quisiera explicarlo. Quisiera que mi ocio tuviera sentido para la sociedad, y sin embargo, soy condenada. Sé que ahora no entienden, pero ya van a entender."


Sofía dice: Hacia mucho que no acudía a sus escritos. No resulta de mi total agrado pero, tres años más tarde, sigue siendo un gran apoyo. Siempre entendí porque me interesaba tanto identificarme (en algunos aspectos) con ella. Hoy no lo entiendo y me desconcierta. Tal vez sea Alejo, mi "Alejo". Definitivamente. No lo amo hasta los huesos porque eso es mucho para mi, pero no me deja pensar, pensar dónde está el bien y en dónde la maldad. 

jueves, octubre 14

Un nuevo emprendimiento:

Gente nueva.

Se puede criticar con total libertad, recomendar, copiar y dar algunas ideas. Más adelante se va a ir entendiendo el concepto.
Como siempre lo había olvidado, pero lo rescaté de algún historial y lo retomo. Continuará próximamente. 

miércoles, octubre 13

Coordinación

"...Nunca pude coordinar a nadie; si dos personas que están conmigo discuten o se emperran en sus respectivas posiciones, inmediatamente invento una tercera alternativa para quedar bien con las dos: yo sé mediar, no coordinar. No soy capaz de parar a nadie, no puedo mirar el reloj para ver al otro que es tarde porque no uso reloj (y soy muy impuntual), y si alguien me indica algo, lo cumplo".  
Hebe Uhart.




Si alguno lee Oblogo sabe bien de lo que hablo. Ahora, si nunca tuvieron una en mano por favor háganse el favor de conseguirla en su lugar de distribución más cercano o leerla desde la web (aunque pierde un poco la emoción de tener que contener la risa/lágrimas en la calle para no desentonar). Cité una de las "entradas" que me identificaron bastante. Hay más interesantes, pero me quedo con ésta hoy.

martes, octubre 12

veinticinco de abril

Pobre de aquél que piensa que ganó, y aún no ha de comenzar la partida. De aquél que siente inseguridad, y es incapaz de ser. De aquél que quiere al que no sabe querer. De aquél que posee un secreto, y no tiene a quién contarle. Aquél que le preguntan, y no puede responder con palabras. Aquél que sabe que sólo no sabe nada o, simplemente, pobre de aquél pobre que no tiene con qué ser más pobre.  





(con todo lo que significa no tener lo necesario para vivir)










Sofía dice: No recuerdo si ya lo subí pero volví a mis archivos viejos, donde hay escritos de varios años atrás, y encontré muchos que me resultaron interesantes. Los voy a ir subiendo de a poco. Gracias. 

domingo, octubre 10

Filosofía barata.

La excusa más inútil y refutable: "En todo el mundo es así".
La hipocresía más culturizada de la sociedad: Casamiento por iglesia.
La manera más estúpida de sentir seguridad: Las alarmas.
Un delito no penalizado: Las propinas.
Un insulto inentendible: "Boludito de mierda".
La postura mediocre: Normal es fumar y los hombres deben casarse con las mujeres.
Para lo que no fuimos hechos: Para establecer relaciones de amistad entre heterosexuales de diferente sexo.
Nadie sabe comer: Chocolate.
Más rico que un grasoso pedazo de pizza: Otra pizza.
La verdad cantada: Las morochas quieren ser rubias, las de rulos tener el pelo lacio, las de lacio tener rulos pero las rubias están orgullosas de su melena.
Injusticias de la naturaleza: Personas con ojos marrón caca y personas con ojos celestes/verdes.
A falta de un octavo día: El hombre, por ahora, tiene un sólo lugar para vivir, la Tierra. (Y no se lo banca más).
Un sueño imposible: Volar. Aunque el pájaro se sienta atado a ello.
El miedo que nos perturba: Que nos roben nuestros ahorros mientras nos matan en la calle.
Lo más insoportable: Que tu vecino haga ruidos molestos y que tus vecinos se quejen de tus ruidos (vagamente) molestos.
Una mentira que solemos hacernos: Pedimos Coca-Cola Light en el combo Big Mac.
El sistema social-económico vigente: Tener celular Touch pero no saber qué comer. 
La cultura que mamamos: Baile del caño, periodismo de farándula, fotografías pornográficas, publicidad barata y valores bien argentos.
El que tiene suerte: Es porque tiene contactos.
El que estudia: "boludito de mierda" que tendrá que seguir buscando suerte.
Los medios generosos: Cualquiera puede escribir, hacer videos y covers populares,'magníficas' fotografías y hablar frente un micrófono, y después, por ejemplo, subirlo a Blogger.

miércoles, octubre 6

Enunciado

Marcelo(creo que te llamas así), no voy a tutearte porque no mereces ningún indicio de respeto.
Antes que nada, agradecerte. Por hacerme sentir la persona más ignorante y mediocre de la Tierra. No merecía escuchar tu verdad. Tu andar en soledad y esa vida de picaflor disculpado por la circunstancia que llevas desde tus lejanos dieciocho años te dieron el derecho que creíste suficiente para decirme lo que te placía. Lo acepto. Soy una mujer joven, de las que pueden quedar embarazadas y convertirse en sólo nueve meses en una infeliz madre. Que elige estudiar, no a diario pero tres veces por semana opta por hacer ése culo-silla. Que hasta hoy no necesitaba escuchar tus palabras de sermón y "bla bla" como decís, pero las decís. Con tus fuertes ganas de que me levante y grite a los cuatros vientos alguna afirmación polifónica como me enseñaste que se hacía. Pero no, quiero contradecirte de acá en más como una adolescente caprichosa que niega no polifónicamente porque describe sus sentimientos.
Sos la persona más vulgar, desagradable y bizarra (con esa barba de intelectual y equipo de Adidas trucho escuchando The Clash a las nueve de la mañana) que conocí en mi vida. Tené en cuenta que no me interesa tu vida sexual ni cuantas novias brasileras tuviste en tu estadía por ése país. Tampoco si leíste Movidic, Rayuela, El Llano en Llamas, Patagonia Rebelde, un libro en ingles que hablaba de Mick Jagger, La razón de mi vida o tres veces Martín Fierro. No quiero saber los halagos de tus profesores, la inteligencia que te resaltaban y el consejo "Vos tenes que dedicarte a la lingüística. La literatura no es lo mejor para vos." ¡Qué modestia, por favor! Si nunca la dejaste de lado y humildemente te fuiste a criticar a algunos como yo.
Tengo tan pocos recursos que tengo que criticar tu forma de vida y tu vestimenta. No tengo otra opción. En lo demás te admiro con un profundo rencor porque, tal vez, nunca pueda ser como vos. Gracias de nuevo por hacérmelo saber.

lunes, octubre 4

Revolución.

No podemos tener una que no involucre y libere a las mujeres.




Nadie me dijo que habría días como éstos, días extraños sin duda.

sábado, octubre 2

Hoy no quiero verte nunca más.-

Voy a seguir escribiendo. Hoy quedé en medio de una pelea entre dos personas que conozco mucho. Puedo compararlas íntimamente con otras dos que amo. El tema es éste. Se pelearon hasta que una opto por irse. Estaba esperando ése momento. Era de no creer que nunca haya optado por esa opción. La más necesaria en esa circunstancia. Cuando es imposible entablar una discusión, una oposición de dos opiniones paralelamente hasta que una decide retirarse de la partida. ¡Vete! - Fastidiada, mi mente se disparó hacia un sólo rincón. Inconcluso lugar que hace un par de días viene buscando, entre anotaciones y frases hechas, una respuesta. Ahí me percate de que no se paró antes de la mesa porque estaba conforme con lo que ocurría. Era "normal", hasta incluso cómodo podría parecerse. Pensé. Era razonable y conveniente estar juntos si no conocían nada mejor. Existe algo mejor. Pero no lo conocían. Y ahora tengo más miedo que antes. Me rodeó una angustia, sumada a la de ayer. No quiero estar todo mi vida conformándome, pensando qué es lo mejor, porque no voy a conocerlo. No quiero conformarme. No quiero saber qué es lo mejor si al fin de cuenta se va a parar en medio del almuerzo para dejarme totalmente sola porque bajé el volumen de la música.

No quiero conmigo.

Sí, estoy ausente. No sé qué está pasando últimamente por mi cabeza. Me siento extraña conmigo misma. No puedo sentarme a derrochar un par de palabras o mirar los viernes a la noche alguna que otra película, como acostumbraba a hacer. Tres intentos fallidos de Across the Universe tengo acumulados. No sé qué está pasando que no me estoy haciendo tiempo para sentarme. El único tiempo invertido es para comerme las uñas y dormir. Y con el estudio vengo bastante bien, para no decir "muy bien".
Tenia ganas de hablar de mi. Es este momento no sé de nadie más. 
Lloré, lloré con lo que sabía que iba a llorar. Pero también con lo que pensé que nunca iba a hacerlo. Cruzaron dos lágrimas por mi rostro que tuve inmediatamente a frotar con mi mano izquierda para que no las vea. Agradezco que miraba el techo pensando, vaya a saber qué se le cruzaba por la cabeza. Es muy inteligente. Tanto que le cuesta decirlo. Necesito llorar un poco más. El agujero tal vez me está obligando a sacar una parte más de mi. La música me está cortando la voz. Añoré tanto estos momentos que tal vez por eso lloraba. De alguna u otra manera nada iba a volver a ser como antes. Pero no era de felicidad que lo hacia, de eso estaba segura.
Completamente abrumada y culpable. La incomodidad me perturbaba, no me dejaba ordenar las ideas en mi cabeza. Declararme.
Nunca conocí un hombre que caminara con pasos tan fuertes. Escucho el roce de la piel con el piso de madera. El golpe del talón con cada baldosa. El tic-tac del reloj a cuerda es defendible al lado de semejante mounstrocidad como el ruido de la hora que acaba de sumarse al día.



Y sí... lo digo: estoy pensando en vos.

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